* Selección de Akbar y otros poemas, libro en preparación.
Nizammudin Aulia
Ah,
ríos de gente, sí,
ríos de gente.
Delhi la antigua, sí
Delhi la antigua.
El sol de la ciudad
retumba entre las piedras,
entre las callejuelas
de incienso alucinadas.
Ah
Dargah de Nizammudin.
Dargah de Nizammuddin
las flores son tus rosas
santo sufí de Delhi
y las mantas de verde
y los velos, los cantos
y los pasos que se abren
hacia ti, de a por ti.
Ah
Guardia fiel, a tus pies,
amado Kushrao,
la hora de la aurora
esperando contigo.
Santo sufí de Delhi
Nizamuddin Aulia
esperando contigo,
la hora de la aurora.
Ah,
Las tumbas no son tumbas,
son encajes de mármol;
Ropajes encarnados
sobre de tus promesas.
Las tumbas no son tumbas
son raudales de rosas
abiertas desde Delhi
siempre vivas, abiertas,
con tu venia, tu venia
Nizammudin Aulia.
Bajadur
Bajadur es tu nombre,
Bajadur, el poeta,
emperador de Delhi
emperador del mundo,
pero el mundo es incierto
es apenas el filo
de una espada,
gastada.
Bajadur es tu nombre
tu reinas sobre Delhi,
erudito perdido
entre fastos y miedo,
sufriendo tu linaje
cerrado como un puño,
un puño trasparente
de cristal,
inconcluso.
Bajadur es tu nombre,
tu destino, la tumba
de Jumayun el grande,
el señor de la guerra.
En su regazo frío,
en su rojo complejo,
un día, sin misterio
vendrán luego
a por ti.
Akbar
Akbar, de la memoria
los templos construidos
los templos redimidos
recogen el rubor.
Ni los textos abiertos
ni los textos ocultos
escritos en la tinta
de la verdad están.
Es simple, sí, tan simple
comenzar todo a nuevo
despuntar una aurora
de pura intensidad.
¿O es difícil, tú dime
Akbar, de los rampantes
sueños de los profetas
dudar la castidad?