Ecce homo
Las formas de lo inmóvil
son los significados de lo eterno el poema que guardas en la mente
de lo irreal a lo real o de lo real en lo irreal
es un hombre orinando al borde del abismo y ese hombre eres tú
poeta reflejado en los ojos de las ratas
que escuchan y olvidan tus palabras
solamente existiendo en un puñado de cabellos y papeles tirados en el piso
tu cuerpo disgregado alargándose como la sombra de una vela derretida
ante las explosiones
un cuerpo abrazado a una puta realidad de explosiones y disparos
un cuerpo que solo da vueltas alrededor de lo que fue una época
que solo camina en busca de cigarrillos pues ese ha sido tu pretexto
para escapar del bar — tus pies dan pasos en la nada
tus pies son ecos que se pierden en las telarañas
y las arañas te esperan allí detrás de los artificios de la luna
que arrojó su ejército de dioses y perros sobre las calles
el olor de los muertos no solo aquí aun queda en los rincones
en la naturaleza muerta de una manzana — en un cuadro de Humareda
hay miedo en los ojos de las arañas y en los tibios alientos innombrables
sobre el espejo de la nada
imagínate que estás muerto
imagínate que lo arcano tiene sus raíces en tus intestinos alcoholizados
imagínate que caminas y caminas y no vas a ninguna parte
tus piernas no te obedecen te han matado
morir es una calle donde luz y tiniebla avanzan y se arremolinan
morir es un silencio alto depositario de todos los lenguajes
morir es la noche en una ciudad adonde llegan todos los caminos
las ventanas están cerradas — sólo en una de ellas alguien te mira
alguien semejante a ti con tus ojos y con tu sombra
Tondrama
También cuando la noche toma el cuerpo de E.
en la hora digamos esta hora
y un lugar se abre y es por ahí pienso
por donde está
salgo de mí por la ventana del cuarto
y soy yo otra vez
Av. México dentro de la noche
algunos me dejan tomar gratis al aire puro
—el agua la piedra el fuego—
cuando presencio la destrucción de esta ciudad desolada
y unas rudas manos en el teclado sin tregua
algunos temen la destrucción de los cuerpos
me invitan a beber el fuego dentro de la noche
(un cuerpo respira sus palabras
huyen como ratas por la Av .Tacna sobre el Rímac
un puente cuida su sombra ahogada
será un bulto ensangrentado magullado que canta
entre la turbación y el espanto
o una criatura que duerme en la puerta de un cine
a la vista de las bestias de carnes rosadas
et erat verbum istud absconditum ab eis
solitario como una piedra se aduerme en una banca
no ha visto el camino rutilante que hizo con sus pies
no ha sentido el fuego de sus piernas
ni el amor de su muerte
es un eco infinito atrapado en una palabra
esa brisa de los vinos cuando la noche propicia la muerte
trop de noms pour avoir un nom)
los treinta arcos del hotel también sirven de moradas
pero el escarnio y la ira de la luna no sirven
con rencor las ratas cruzan sus miradas como dardos
sus ojos son dorados y sus cuerpos son de ébano
con incrustaciones de uñas rosadas
ellas me señalan a su ídolo
y esta está allí bajo el estruendo de los automóviles
que escapan entre las piernas del edificio
es un ídolo de barro recostado en un diván
bebiendo la crisálida de lágrimas extasiándose
las ratas recogen su excremento
y traen bálsamos de rosas y oro
las ratas recogen su excremento
y traen bálsamos de rosas y oro
las ratas recogen su excremento
y traen bálsamos de rosas y oro…
pero esta permanece huraña entre el zumbido de las moscas
como una niña
a medida que avanzo se vuelve de marfil
ornada de lumbres hasta hacerse vagaroza
mientras que las ratas sobre ella extienden las palabras
hasta delirios horrísonos
las calles me dicen adónde tengo que ir