Nota introductoria
Como suelo hacer al terminar un texto, antes de publicarlo pido su comentario a ciertas personas cuya crítica considero en especial. En el caso del trabajo sobre Juan Gonzalo Rose, su vida y su poesía, hice lo propio con algunos amigos, más aun al haber pocos trabajos sobre este autor y su obra. De las contestaciones recibidas, he seleccionado dos que me parecen relevantes en tanto complementan y dialogan con mi ensayo. Junto con sus apreciaciones, inteligentes y emocionadas, sobre lo que les confié, recibí lo que aquí se presenta de Róger Santiváñez y Victoria Guerrero, con quienes, como en tantos otros asuntos de la vida y la creación, coincidimos. El primero me envió dos correos electrónicos, con los cuales edité uno solo que aquí adjunto, con su aprobación. Victoria me remitió, además, un poema que hace algunos años escribió inspirada, también, por Juan Gonzalo. Desde aquí, expreso mi gratitud a ambos por esta original y magnífica contribución a lo que escribí.
César Ángeles L.
Correo electrónico de Róger Santiváñez / 8 de mayo, 2007
A Rose lo conocí una vez en el INC, y salí conversando con él hasta la avenida Abancay y desapareció entre la multitud nocturna... esto ha sido en 1975... Por esa época (1976) salió un muy buen artículo de Marco Martos sobre toda la poesía de Rose... salió en Killka, de Tacna, y también en «Garcilaso», de Ojo... Aquella noche del 75 salí conversando con Rose y le entregué un ejemplar de Auki... Fue bacán porque él criticó a Chocano en una mesa que era de homenaje a éste en el INC, y todos se asaron, sólo yo lo aplaudí y nos salimos juntos del sitio... Yo quise acompañarlo más pero me dio a entender que quería irse solo... después comprendí que se iba a buscar a sus muchachos... fue amable conmigo y desapareció... Yo sé que era bisexual porque tuvo una hija que murió joven...
Creo que no he leído La luz armada, salvo que esté en la Obra poética (INC, 1973) pero me parece que este libro arranca con Cantos desde lejos que es de 1957... hasta donde sé La luz armada fue una plaquette (lo primero que publicó Rose)... Recuerdo que yo también andaba alucinado con ese título porque es como distinto, nombrar a la poesía entendida políticamente, no?... «la luz armada»... por eso yo la cito así en un verso de Symbol (siempre me loqueó cómo sonaba y su semántica también)
De la poesía de Rose tengo los mejores cómputos... la descubrí en ese libro que te digo, Obra poética, del INC que conseguí en Studium de Piura ese verano del 73 cuando yo recién había salido del San Ignacio de Piura... y me loqueé bien con los poemas de Simple canción que es una maravilla.... «la primera canción con que soñaron»... y también con Las comarcas, Eliseo y todos sus viajes, es un libro increíble... Después en Lima me conseguí en Mejía Baca la edición original de La Rama Florida de Las comarcas (1964) que es lo máximo, una sensualidad inigualada en la poesía peruana y que fue la enseñanza principal para el joven Hinostroza de entonces... eso se nota en Consejero del lobo... y además Rodolfo siempre me ha dicho que Rose era su maestro y su gran amigo... Informe al rey es también un libro buenísimo... yo tenia la edición de Milla Batres en la colección «Che Guevara» que era excelente.
Rose es de los buenos, de los muy buenos... se murió rápido alcoholizado en 1982 me parece u 83... Rose dice «primera noche en el Perú y busco amor como todas las noches de mi vida»... este es un poema corto que está creo en Hallazgos & extravíos, uno de sus últimos libros,
te abraza
roys
De Victoria Guerrero / San Miguel, 18 de marzo del 2006
Carta a mi hermana
a Juan Gonzalo Rose, Juan Ramírez Ruiz, Rodrigo Lira
Juan Gonzalo, Juan, Rodrigo, sólo uds. saben hace cuanto tiempo que no rueda una lágrima sobre la poesía de otros
ni una lágrima de alegría
ni una lágrima de conmovedora tristeza
Hoy como todos los días que pasan he querido empezar a escribirte, pero me ha costado tanto este abandono. Hay días que pasan sin una sola línea saliendo mágica de entre mis dedos. Yo ya no recuerdo desde hace cuanto que vivo lejos, no recuerdo ni siquiera el día que salí para venir a vivir aquí. Pero eso poco importa ahora. Ahora estoy escribiendo porque ya ni siquiera recuerdo mi propia poesía.
Sólo tú sabes hace cuanto que no escribo ni una sola palabra
que sea capaz de hacer brillar un corazón
Todos aquí pretenden que yo olvide.
El otro día me sorprendí por no haberte escrito, me sorprendí de no recordar tus ojos ni todas las historias que te conté antes de partir. Me sorprendí escuchando de tus labios todas esas historias que parecían ser mías.
Sólo tú sabes que estoy escribiendo para no olvidar
para no olvidarme de todo aquello que te conté
para no olvidarme de todo aquello que me contaste
Sólo tú sabes hace cuanto tiempo nada de lo que escucho me conmueve
Juan Gonzalo, Juan, Rodrigo, hoy he caminado tanto, al menos a eso le atribuyo cierto cansancio que a veces me devora entre las sábanas. Pero todavía me falta mucho. Todavía no me he resignado a tanto grito loco que viene de afuera. Todavía he de levantarme, si se puede, de entre las sábanas e ir corriendo a escribir estas torpes líneas para no olvidarme de mi hermana, para que mi hermana no se olvide de mí.
* * *
* Estos textos los recibió César Ángeles L. para complementar la publicación de su ensayo: Juan Gonzalo Rose ars poeticae: infancia, utopía y revolución